Ana Padilla, Psicoterapeuta del Instituto Erich Fromm y profesora del Máster en Psicoterapia Integradora Humanista
En realidad, la pregunta correcta sería, ¿qué es hacer un proceso de psicoterapia?, ya que la terapia debe hacerla un licenciado o graduado en Psicología y/o Medicina. Y es un proceso, porque la persona necesita un tiempo para ir aprendiendo a enfocar sus problemas de manera diferente, con el acompañamiento del psicoterapeuta.
Un proceso de psicoterapia se puede iniciar por diferentes motivos: malestar emocional, pensamientos descontrolados, conflictos en las relaciones personales, dificultades laborales, problemas de autoestima, seguridad, etc. O “simplemente” por la sensación de estar mal y no saber por qué.
A veces, no hay un gran problema que obstaculiza la vida de la persona, y aún así se puede acudir a psicoterapia para conocerse mejor y crecer a nivel personal.
Todas las demandas son bienvenidas, y por eso es tan difícil hablar de un tiempo concreto en el proceso de psicoterapia.
Cada demanda es única, cada persona es única, y por eso cada proceso psicoterapéutico es único. No hay un tratamiento universal para todos los casos, ni siquiera cuando hay una sintomatología parecida o un diagnóstico común. Lo que necesita la persona, sus expectativas, su historia, los recursos con los que cuenta, y aquellos que necesita generar hace que cada proceso sea totalmente individualizado y por lo tanto, seamos incapaces de predecir la duración del mismo.
Acudir a psicoterapia no es sólo un espacio para hablar. En Psicoterapia Integradora Humanista, además de la importancia del vínculo, la relación terapéutica y el acompañamiento personal.
Realizamos actividades variadas para trabajar los problemas que trae la persona:
- Técnicas con imágenes
- Corporales
- Arteterapia
- Dramatizaciones
- Role-playing
- Relajaciones
- Intervenciones cognitivas o pautas conductuales entre muchas otras.
Acudir a psicoterapia es iniciar un camino para conocernos mejor. Aprender cuáles son nuestras limitaciones y obstáculos y trabajar para salvarlos. Es identificar nuestros recursos y potenciarlos:
- Si te sientes con el ánimo decaído, si sientes ansiedad en tu día o si sufres explosiones de rabia, puedes aprender a gestionar tus emociones de una manera más sana.
- Si cuando tienes un problema te dedicas a darle vueltas a la cabeza, si tu mente no sabe parar, puedes educar a tus pensamientos para vivir más tranquilo.
- Si crees que tus relaciones son frías, o demasiado dependientes, o siempre conflictivas, puedes encontrar una manera de posicionarte más acorde contigo.
- Si piensas que hay algo que no funciona en ti, no te crees capaz de hacer muchas cosas o sientes que no te quieres mucho, puedes cambiarlo.
Entender que todos somos valiosos, con nuestras limitaciones y también con nuestras capacidades es signo de una buena autoestima.
La psicología y la psicoterapia humanista surgió con el propósito de tener una visión de la persona más integrada, centrándose en la calidad humana de los procesos.
Para poder ayudar a las personas en este camino, es necesaria una formación adecuada, completa y rigurosa. La Psicoterapia Integradora Humanista, el modelo creado por Rosal y Gimeno-Bayón a principios de los años 80, siendo fiel a la filosofía de la Psicología Humanista ha sabido adaptarse a la práctica tras casi cuarenta años de andadura.